jueves, 22 de septiembre de 2011

Reglas en la mesa (1925)

En el Nro. 1403 de Caras y caretas del 22 de agosto de 1925, la sección “La mujer y la casa” trató el tema de las reglas de urbanidad en la mesa. Sugirió un “Modo de comportarse en la mesa” donde se enumeró lo que no debe hacerse:
Esta imagen ilustra la nota de Caras y caretas
-Tomar o dar un plato, pasándolo por encima del de otra persona.
-Ponerse en pie para tomar objetos distantes, en vez de pedir que se nos acerquen.
-Usar su cubierto para tomar la sal, la manteca o el azúcar, cuando hay la costumbre en las casas bien ordenadas de tener utensilios separados para este objeto.
-Poner sobre el mantel la taza, goteando el té o el café.
-Hacer uso del mantel, en vez, de la servilleta
-Comer aprisa y de una manera ruidosa.
-Llevarse a la boca grandes pedazos de carne, etc.
-Beber con la boca llena, sin pasar antes la servilleta por los labios.
-Sentarse a gran distancia de la mesa y dejar caer los alimentos.
-Poner el cuchillo y el tenedor sobre el mantel después de haberlos usado, en lugar de hacerlo sobre los bordes del plato.
-Descansar los codos sobre la mesa.
-Hablar con la boca llena.
-Limpiarse los dientes en la mesa.

lunes, 8 de noviembre de 2010

FOTOGRAFIA POST MORTEM






“Imagina que eres parte de una familia en la era victoriana. La muerte es parte de tu vida diaria, así que es mucho más fácil de aceptar. La tasa de mortalidad durante esta época era prácticamente igual al número de nacimientos. La mayoría de las muertes eran de niños a causa de la viruela y la fiebre amarilla, y mujeres que morían en el parto. A menudo los niños le eran arrebatados de su familia antes de su primer cumpleaños.”
Lyndsey Amadeo Gray, Photographic Memories.


La Fotografía de Difuntos fue una práctica muy extendida en el siglo XIX y básicamente, consistía en vestir al cadáver con sus ropas personales e inmortalizarlo solo o en un último retrato grupal, con sus compañeros, familiares o amigos. Esto, lejos de ser una práctica morbosa y macabra, eran imágenes con cierto aire nostálgico en una época donde la muerte, más allá de un suceso funesto, era visto como un acontecimiento espiritual, sumamente sentimental que se debía rememorar como parte del ciclo de todos los seres humanos.

Una de las teorías que tratan de explicar este fenómeno social argumenta que se desarrolló en una época en que la fotografía no era habitual ni estaba popularizada como en el presente, de tal modo que mucha gente moría sin haber podido ser retratado en vida. De ahí que muchas familias desearan fotografiar "post mortem" a sus seres queridos para que todo el mundo supiera que esa persona había pertenecido a aquella familia.











No era tampoco en absoluto extraño que los padres aparecieran junto a los niños muertos simulando acunarlos durante su sueño. Se intentaba, de esta manera, aportar un toque más de naturalidad a las imágenes y, de paso, mostrar las relaciones de las criaturas con sus progenitores. Resulta bastante llamativo comprobar la aparente entereza de los adultos, que siempre se muestran perfectamente tranquilos, aunque con cierta tristeza en su mirada. Como también resulta interesante comprobar de qué modo se enfrentaban a la muerte los niños, pudiendo fotografiarse junto a su hermano muerto sin que ello les haya supuesto ningún trauma importante, tal como se argumenta hoy día, cuando evitamos a los niños tan siquiera nombrar a la muerte.






El negocio de la fotografía post mortem fue in crecendo conforme se iba demandando retratos de ultimas voluntades, ya fuese por petición del propio difunto en vida o por los familiares. Los fotografos del momento vivian espeluznantes anécdotas cuando se encontraban con un séquito en sus salas ansiosos de poder retratar a su ser querido antes del sepelio, fue entonces por lo que comenzarón a "desplazarse a domicilio" como queda reflejado en un articulo del periódico español "El Nacional", de 1861.



Los fotógrafos también hacian uso de su "arte", al fabricar ellos mismos soportes exclusivos con los cuales dar una posición artística más adecuada a sus clientes, emulando una postura natural que pasaría a la posteridad, y que curiosamente, pese a su concepción morbosa por parte de la opinión publica, hoy podemos apreciar. El objetivo de aquellas fotografías se ha cumplido: el futuro es consciente de que existieron

martes, 19 de enero de 2010

viernes, 20 de marzo de 2009

PACMAN, THE MOVIE



Bizarro... ¿NO?

viernes, 13 de febrero de 2009

LAMPARA, SIMBOLO DE LA ENFERMERIA

Este símbolo se originó con Santa Catalina de Siena durante la muerte negra, peste que abatió a Siena en el año 1200 y de allí se extendió a Europa. Ella, en las noches salía a cuidar a los pacientes portando una lámpara.

A través de la historia se continuó usándola para alumbrar en las noches a los pacientes en los hospitales, conventos, asilos y en las instituciones de salud.





En la modernidad Florence Nightingale, quién dio las bases a la enfermería como profesión, la utilizaba para hacer las rondas de enfermería, al cuidar a los heridos durante la guerra de Crimea y poder así, observar a los pacientes, identificar sus necesidades, problemas y los del medio ambiente.

A ella se le identifica como la dama de la lámpara; desde entonces se asoció cuidar con la lámpara como símbolo de luz, claridad, conocimiento, de perspectiva del futuro y esperanza.

martes, 10 de febrero de 2009

JURAMENTO DE ENFERMERIA

El juramento de Florence Nightingale

Juro solemnemente ante Dios y en presencia de esta asamblea:*
Llevar una vida digna y ejercer mi profesión con fidelidad a la misma.
Me abstendré de todo cuanto sea nocivo o dañino, y no tomaré ni suministraré substancia alguna que sea perjudicial.
Haré cuanto esté a mi alcance para mantener y elevar el nivel de mi profesión y consideraré confidencial toda información personal que me sea revelada y todos los asuntos familiares de los que tenga conocimiento en el ejercicio de mi profesión.
Con lealtad me esforzaré para ayudar al médico en su trabajo y consagraré mi vida al bienestar de quienes están confiados a mi cuidado
The Florence Nightingale Pledge

I solemnly pledge myself before God and in the presence of this assembly:
To pass my life in purity and to practice my profession faithfully;
I will abstain from whatever is deleterious and mischievous and will not take or knowingly administer any harmful drug;
I will do all in my power to maintain and elevate the standard of my profession and will hold in confidence all personal matters committed to my keeping and all family affairs coming to my knowledge in the practice of my calling;
With loyalty will I endeavor to aid the physician in his work and devote myself to the welfare of those committed to my care.



El «Juramento de Florence Nightingale», así llamado en homenaje a quien es considerada como la fundadora de la enfermería moderna, fue redactado en 1893 por un comité, presidido por la profesora Lystra E. Gretter, del Farrand Training School for Nurses y viejo Harper Hospital, en Detroit, estado de Michigan. Fue empleado por vez primera en la ceremonia de graduación de la citada escuela de enfermería en la primavera de 1893. Desde entonces el juramento es recitado con ocasión de la graduación en numerosas escuelas de enfermreia en celebraciones en las que tampoco falta un lámpara, como símbolo de la profesión. El texto viene a ser la transposición a la enfermería del juramento hipocrático que suscriben los médicos.